domingo, 31 de marzo de 2019

¿Se puede capturar el silencio?

El silencio se ha convertido en un bien en peligro de extinción, nuestra sociedad actual está llena de ruido y sobreinformación, mientras que nosotros necesitamos parar de vez en cuando. Escapar de ese ruido no es nada fácil, y por eso me sorprendió mucho cuando, este pasado diciembre, encontré un lugar con silencio absoluto.
Yo estaba en Lituania viajando gracias a un Training Course que se englobaba en un proyecto financiado por la Unión Europea a través de Erasmus+. Uno de los días tuvimos la oportunidad de recorrer su capital, Vilna, al tener algo de tiempo libre. Recorriendo las calles de Vilna sin conocer demasiado del lugar y tras haber visitado ya los monumentos más conocidos, topamos con una pequeña iglesia que nos llamó la atención por su fachada exterior y nos decidimos a entrar. Nada más entrar al lugar, un silencio sepulcral nos rodeó. Dentro de la iglesia, pasando el pequeño espacio libre de la entrada, no había asientos ni mucho espacio, solo un altar y mucha decoración. Preciosos frescos en las paredes y en el techo, alguna estatua y una anciana que parecía ser la encargada de cuidar el lugar.  Nunca me había sentido igual, por un momento cerré los ojos y oí mis pensamientos muy claramente, era lo único que se podía oír allí. Me recordó a una noticia que leí hace tiempo de 'la habitación sin ruido', un experimento en unos laboratorios de Minnesota con una habitación en la que no hay ningún ruido en absoluto y en la que la gente no aguanta ni media hora sin comenzar a tener alucinaciones. Esta pequeña iglesia ortodoxa no llegaba a esos puntos, pero desde luego parecía mentira estar en mitad de una ciudad y encontrar esa paz. Tanto yo como mis compañeros permanecimos en la habitación más tiempo del necesario para observar las paredes, estuvimos allí de pie sin hablar, solo caminando de vez en cuando, y cuando salimos llevabamos una paz absoluta con nosotros.
Y es por todo esto que al salir de allí apunte en mi cuaderno de notas la pregunta que da título a la entrada de esta semana
¿Sería posible capturar el silencio que había en esa pequeña iglesia de Lituania y traermelo aquí? ¿Ponerme los cascos y que una grabación me diera la misma sensación de tranquilidad?

Y es que, como dice Benedetti, uno de mis poetas favoritos, en su poema "el silencio":
Qué espléndida laguna es el silencio 
allá en la orilla una campana espera 
pero nadie se anima a hundir un remo 
en el espejo de las aguas quietas

5 comentarios:

  1. Si que es verdad que de vez en cuando es lo único que necesitamos,había oído algo relacionado con lo de la habitación pues Blue Jeans lo utilizó para varias escenas de sus libros. Yo también estoy de acuerdo en que aquí tendría que existir

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    1. A veces es necesario y cada uno debemos buscar nuestro espacio de silencio. Que bueno lo de la referencia literaria! Gracias por comentar y un abrazo.

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    2. Desde luego que si,un ratito de paz y desconexión vienen bien :)
      Si,si no fuera por él no sabría sobre esto pues nunca lo había escuchado.
      No hay de que,el merito es tuyo ^^

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  2. Es sencillamente precioso lo que expones en la entrada. Estoy convencida de que se puede capturar el silencio en algún lugar, solo hace falta ser selectivo como tú hiciste en aquella iglesia de Lituania. Mucha gente se va a un monasterio un tiempo de retiro espiritual. Otros, simplemente van a iglesias, pero yo suelo ir de vez en cuando y aunque encuentro paz no he hallado ese silencio impoluto del que hablas. Es muy bonito lo que has reflejado en forma de poema, expresarlo puede ser difícil en su proyección, sinceramente, uno tiene que sentirlo para entenderlo. De pequeña me ocurría. Un placer leerte. Saludos

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    1. No sabía si se entendería ese silencio del que hablaba pero me alegra leerte y ver que lo has entendido a la perfección. Cada uno debe encontrar su espacio, a mi las iglesias no me suelen ayudar pero a veces recurro a salir al monte y me ayuda. Muchas gracias por comentar Marisa y un abrazo.

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